Iyali del Carmen Barrón Toro
Para ver parte del ambiente se necesita ver reflejos: las luces y texturas que, de forma normal, los tornamos cambiantes en lugar y espacios. Al llegar y contemplar el lugar puedes sentirte en casa: lleno de listones que juegan con el fresco viento. La temperatura siempre es agradable, nunca se llega a los extremos.
Siempre tienes el control de todo… puedes observar lo que quieres apreciar. Existen más seres, que igual y reconozco pero se ven diferentes a pesar de ser ellos.
Es chistoso, porque aquí hay alguien que con el tiempo me sigue. No habla mucho, pero me observa… es infinita su presencia. Aquí nadie está solo, siempre alguien como tú te escucha y te brinda su tiempo. Si llegas a entenderlos puedes ver en el momento que es todo monótono, pero a la vez cambia.
Nunca entiendo por qué aquí se ve todo diferente, es siempre opuesto a lo que se piensa. Es como tener siempre las mismas cosas. Puede ser muy complejo en los primeros días al llegar aquí; aprendes a ver y sentir.
Aquí le afecta todo lo que en el mundo normal sucede. Si surgen cambios se realizan al mismo tiempo… se vive conectado.
En algunos días mucha gente no logra venir por el escaso tiempo, nadie tiene más privilegios, todos pueden acceder y disfrutar de estos aires, aunque veo difícil quedarse a vivir por mucho tiempo.
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