domingo, 11 de febrero de 2007
"LA LUNA"
CAROLINA ENRÍQUEZ ARVIZU
Ella fue maldecida cuando aún se encontraba en el vientre de su madre. Al llegar a la adolescencia, su vida nunca volvió a ser la misma…
Sola, sentada en un rincón, espera la llegada de la noche desde la ventana. Mira para los adentros de su alma. Esto no tiene nombre… No lo entiende y la enferma el sólo saberlo.
Tenía que irse ahora, dejar este lugar sobrepoblado y congelado y tomar el primer tren que encontrara sin saber su destino.
Sube y observa a la gente a bordo… a cada uno de ellos… a esas cosas sin vida, mientras viaja en medio de la triste y lluviosa noche de otoño.
De pronto, el metal rechina contra el metal y el agudo sonido de los frenos del tren la despierta. La gente comienza a bajar y la miran de manera extraña; ella, en respuesta, clava su mirada iracunda en ellos y asustados caminan más rápido. No, ninguno de ellos parece comprender lo que lleva en su sangre.
El tren queda totalmente desolado. Sólo ella está a bordo. Ahora puede sentir vibraciones en el suelo indicándole que el tren se pone en marcha de nuevo. La última estación ya está cerca.
Baja y la encuentra vacía. Está sola con la noche, y guiada por el eco de la melancolía camina a través de aquel camino débilmente iluminado en el bosque. Es absorbida por la obscura noche. El frío y salvaje entorno roza su piel, y movida por sus sentidos corre hacia un claro que los árboles en la luz de la luna arrojan contra el suelo.
La luna llena brilla sobre ella con toda su magnificencia. Entonces, lentamente levanta su rostro y dirige una afilada mirada hacia el hermoso astro… sus ojos se cristalizan. ¡¿Cómo podría resistirlo?! Sus venas se dilatan y sus músculos se tensan. Su garganta se libera de su nudo y emite un largo y lastimero aullido.
Ha pasado tanto tiempo desde que ya no soy un humano… una mujer normal…
Grupo: 19LDPM
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