El 21 de febrero tuvo lugar la inauguración de la exposición retrospetiva "Manchuria: visión periférica", de Felipe Ehrenbereg, en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad México.
Se trata de una muestra retrospectiva cuidadosamente seleccionada por el artista Fernando Llanos en su calidad de curador, con la que Felipe celebra sus bodas de oro como artista en activo. Incluimos aqui el muy breve texto de sala que redactó Fernando para explicarla.
Alumnas y alumnos del grupo 23LDPM asistieron a la inauguración de la exposición MANCHURIA, con ellos el artista Juan José Díaz Infante; al fondo, el mural realizado por el grupo Arte Nel, de Ciudad Nezahualcóyotl.
Foto: Pedro Pérez
Manchuria
visión periférica
"No hay opción, me voy por que el sistema está mal, el sistema es una pelota de víboras... Prefiero molestar con la verdad que complacer con las mentiras, la política es una guerra sin muertos y hoy el deceso es mi carrera. Va por México y chingo a mi madre si no".
Ana Guevara
La mejor velocista mexicana de la historia, en su declaración al retirarse.
Enero 16, 2008.
"Es, como él mismo lo define, un ejemplar que puentea entre los representantes del muralismo mexicano, el movimiento de ruptura y las generaciones actuales de artistas plásticos" .
José Ángel Leyva, en su texto "La muerte viva", una entrevista con Felipe Ehrenberg.
Manchuria, "tierra de los manchúes", es una región asiática al noroeste de China. En un principio la habitaron aguerridas tribus nómadas y posteriormente formó parte de arrebatos territoriales entre diversas dinastías y naciones, tanto que dicho terruño forma ya es parte de la historia de China, Mongolia, Japón y Rusia. De hecho, está presente en la historia de las artes marciales coreanas, influyó en la historia del cine y música japonés, fue medular en la decisión estadounidense de involucrarse en la Segunda Guerra Mundial y hasta está vinculada a la biografía de Marco Polo.
Su historia es sin duda fascinante... sin embargo, no tiene nada que ver con México ni directamente con la obra de Felipe Ehrenberg. Felipe fue el que bautizó esta exhibición, y lo hizo de la manera más arbitraria y en el mismo tono con el que ha trabajado durante los últimos cincuenta años: sin buscar títulos pomposos, ni altisonantes, respondiendo a su mero impulso creativo.
Su curador, consciente de la importancia hoy en día de los esquemas horizontales, de los modelos participativos, y sobre todo del modo de operar del neólogo cimarrón, decidió mantener el titulo propuesto por el artista. A una fiesta de diez lustros de faena profesional se le debe de bautizar de acuerdo a la voluntad de los progenitores, sobre todo cuando practican tan religiosamente la autogestión.
Podemos, eso sí, dibujar un paralelo entre Manchuria y Ehrenberg. Manchuria es una tierra difícil de ubicar, semidesconocida, periférica y de fronteras borrosas. Exactamente sin fronteras y sin límites establecidos es el trabajo de Felipe; él forma parte no de una historia, sino de las múltiples historias del arte contemporáneo mexicano y mundial.
Es reconocido como uno de los artistas más provocadores e importantes de este país. Participante activo en el movimiento FLUXUS cuando residió en Europa en los 70s y luego, a su vuelta a México, protagonista del Fenómeno Grupal. Ehrenberg ha escrito capítulos en la historia nacional del cine experimental, del arte sonoro, la performance, el videoarte y hasta en cuestiones digitales. Ha sido cómplice, maestro, tutor, mentor, avatar y padrino de un sinúmero de artistas de varias generaciones, en diferentes latitudes y longitudes. Muchas de sus propuestas fueron tan polémicas que cambiaron el rumbo del arte en México.
Esta exposición contiene poquísima obra 'formal'; más que representar una visión única de la obra del artista, habla de pistas, de huellas que nos invitan a adentrarnos en territorios indómitos, una idea de lo que ha significado y significa la obra de Felipe Ehrenberg en un país que padece amnesias imperdonables, pero que comienza a ver los vidrios rotos (1), que empieza a ser consciente de ese lugar ambiguo, periférico y difuso, desde donde ha trabajado este artista durante toda su carrera.
Esta es la primera retrospectiva que se presenta de su obra; es un trabajo de tres años de investigación, una búsqueda por cristalizar una pequeña parte de esa vasta historia contemporánea que sólo conocemos de manera oral. Para dejar de importar referentes, o por lo menos para conocer los que hay de propios. Hurga en ese pasado rico e intenso que protagonizó Ehrenberg, para entender mejor nuestro presente y proyectarnos mejor hacia el futuro. Este montaje está construido de la misma manera en que el artista ha desarrollado su carrera: sin contenerse en el margen de lo políticamente correcto, sin medirse en adjetivos visuales y tratando de mostrar los fundamentos representativos de su vasta producción.
Como artista/curador, me siento honrado porque esta exhibición sea parte del proyecto del Museo de Arte Moderno, que hoy por hoy busca la recuperación de los lenguajes excluidos del discurso actual.
Fernando Llanos
Curador Manchú
(1) "Soy uno de los vidrios rotos que forman parte del calidoscopio. Al mismo tiempo, soy el ojo que los ve: incapaz de fijar cualquiera de las visiones cristalinas que forma cada movimiento, incapaz de quedarme fijo...". Felipe Ehrenberg, en su libro: Vidrios rotos y el ojo que los ve.
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