Antología
de
microcuentos
por Juan Yanes
Fotografía de Michael Kenna
Aquí encontrarás microrrelatos, microcuentos, pequeños poemas, aforismos, epigramas... de distintos autores y autoras. Es, como toda antología personal, deudora del capricho. Casi todos son nombres conocidos y reconocidos, pero hay textos de personas que no lo son. He de advertirte que también se han colado algunos heterónimos, pero eso son, lamentablemente, diabluras inevitables de la ficción.
Ahora aparecen textos de autoría propia de los alumnos que leyeron los microcuentos y se basaron en aquel que más les atrajo.
Anuncio por palabras
Iván Adamovic
¿Y si fueras tú el androide? ¡Piénsalo un poco! Sin título Theodor W. Adorno Con motivo del ochenta y cinco cumpleaños de un hombre en todos los aspectos muy bien atendido, pregunté en sueños qué le podría regalar para darle realmente una alegría. Y enseguida me vino la respuesta: un guía para adentrarse en el mundo de las sombras.
El árbol de la vida
Juan Pedro Aparicio
Encontró el árbol de la vida y no se lo dijo a nadie. Él solo comió de sus frutos. Y solo quedó en el mundo cuando la Humanidad desapareció.Ahora busca por toda la eternidad el árbol de la muerte.
Toda la vida me dediqué a construir mi utopía.
Claro, entre mis sueños se encontraba la vida eterna;
Quería estar presente en los mejores momentos de la humanidad,
Gozar de un conocimiento inigualable, y así fue…
Me encontraba frente a la promesa mas apreciada por los hombres: el árbol de la vida; Tomé una fruta y la comí, pero pensé en llevar una más para una persona “especial”.
Ha pasado tanto tiempo…
La humanidad está extinta, no tiene oportunidad,
El agua es sólo un bello recuerdo, el aire está contaminado,
La luz sólo descubre la desgracia, ojalá pudiera morir…
Buscaré toda la eternidad el árbol de la muerte, aunque esto es lo más parecido a ella.
Melissa Cortés Torres
21 LDPM
Érase una vez un hombre que encontró el árbol de la vida. Tan feliz estaba que por egoísta no dijo nada; al pasar los días se dio cuenta que las melodías y la humanidad desaparecieron por completo. Al verse solo se dio cuenta que el ciclo de la vida así como inicia tiene que acabar. Ahora no le queda más que encontrar el árbol de la muerte, aunque esto le cueste.
Brenda A. Venegas Contreras
21 LDPM – A
La pelea
Cristina Araújo García
Estábamos en la cocina.
Discutimos. Le grité. Él se puso como un energúmeno. Cuando se me cayó el diente al suelo nos dimos cuenta de que la discusión se nos había ido de las manos. -Lo siento- me dijo. -Debí controlar los nervios -concedí yo. Se agachó y cogí un cuchillo. Me dio el diente y lo piqué. Siempre nos ha gustado el pollo con un poco de ajo picado por encima.
David Fokos
Era un día, pero no un día cualquiera; yo presentía que algo nuevo iba a pasar, algo diferente, que algo en mí iba a cambiar. Nos dirigíamos a ese lugar oscuro en el que sólo una luz tenue era la que alumbraba. Yo no quería, tenía miedo, pero él se enojaba porque ya me lo había advertido, me decía que me iba a doler y aun así yo insistía en ir. Por fin llegamos, entramos juntos; mi impresión fue más cuando vi que aquel tipo vestido de negro se acercaba a mí, sacó la punta mas picuda y me la clavó; así fue recorriendo gran parte de mi espalda y con una voz fuerte como todo un experto me dijo: esto te va a dejar marcada de por vida y espero que cuando te mires al espejo no te olvides de mí. Terminó y al mirarme al espejo pegué un grito impresionante de alegría... mi tatuaje era fascinante.
Karen Edith Silva Fernández
21 LDPM-B
Mi primer amor
Roberto Arlt
Era pecosa y bizca, pero yo la creía más hermosa que la luna; y por eso le escribí esta carta: “Señorita: Escapémonos al mar. Vestido de terciopelo negro la voy a llevar a mi barco pirata. Juro por el cadáver de mi padre ahorcado que la amo. Suyo hasta la muerte: Roberto Godofredo, caballero de Ventimiglia, señor de Rocabruna, capitán del ballenero “El Taciturno”. De suicidios Max Aub Después de todo, nada. Me mandó al demonio; voy. Lo real y lo imaginario Kostas Axelas Un padre y una madre centauros contemplan a su hijo, que juguetea en una playa mediterránea. El padre se vuelve hacia la madre y le pregunta: “¿Debemos decirle que es solamente un mito?”
Llamada
Fredric Brown
El último hombre sobre la tierra está sentado a solas en una habitación. Llaman a la puerta…
Aquella muerta
Ramón Gómez de la Serna
Aquella muerta me dijo:—¿No me conoces?... Pues me debías conocer… has besado mi pelo en las trenzas postizas de la otra. Monstruo Ángel Oleoso «¡Eres un monstruo!», le gritó ella. Él asintió con lo que parecía su cabeza.
El miedo
Hernán Lavín Cerdá
Nadie anda detrás de mí, pero corre. Nadie que ahora se abalanza. Pantanos celestes Ángel Oleoso Subí al metro y eché una cabezadita en el asiento. Cuando desperté, ya había dejado atrás el hermoso y multicolor flujo meteórico de los anillos de Saturno.
Encontró un camino que daba hacia la luz y él no se lo contaría a nadie, era un secreto. Él sólo caminó por esa luz tan bella. Y solo quedó en el universo cuando la humanidad desapareció. Ahora él desea contar ese secreto, o encontrar otro camino: el camino hacía la oscuridad.
Daniel Rojas Díaz
21ldpm-a
Hipnosis
Ángel Guache
Me propuse hipnotizarla. Nos miramos fijamente a los ojos. Eran los suyos unos ojos de mar, calmos, hermosísimos. Me fui perdiendo en sus profundidades. Sin darme cuenta, terminé siendo yo el hipnotizado.
Fotografía de Jeanne Wells
Mi deseo, hipnotizarla; nos miramos, pero sus ojos de mar terminaron por hipnotizarme.
Hernández Perea Ivonne
21ldpm
¡Cerrado por obras!
Walter Benjamín
Soñé que me quitaba la vida con un fusil. Cuando salió el disparo, no me desperté, sino que me vi yacer, un rato, como un cadáver. Sólo entonces me desperté.
MÁQUINA DE COSER PALABRAS, blog creado por Juan Yanes, y centrado en los microcuentos, los cuentos veloces y la ficción crítica de la vida cotidiana, que es de los espacios más rigurosos, diseccionadores y de mayor belleza dedicados a la hiperbrevedad, con una selección de fotos tan monumental como su extensa y valiosa selección de textos, acaba de editar la Trilogía del Deseo de Francisco Garzón Céspedes (Cuba/España), escritor de quien antes había publicado juntas las narraciones de Tres Trilogías: la de hiperbreves raros, la del caballo y la del encuentro. Entre su extensa colección de autores podemos encontrar de nuestro idioma a Andrés Neuman, Ana María Shua y Lauro Zavala, los tres de genuina excepción. Quien aún no ha descubierto MÁQUINA DE COSER PALABRAS http://mquinadecoserpalabras.blogspot.com/ se está perdiendo un tejido de historias y de imágenes capaz de entretejerse por fondo y forma a los paisajes interiores más exigentes.
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